Brindis con champán y oración. Tradiciones de nuestros antepasados
Imagina un momento: Vives en el año de 1700, en el que nunca habías visto un objeto volador, de pronto lo ves, ¿qué pensarías que fuera? Toma un minuto y analízalo.
Te contamos lo que en realidad pasaba. Antes de que los globos aerostáticos fueran tan comunes, al aterrizar la gente de sus alrededores los atacaba, pues pensaban que eran dragones o bestias del cielo.
En el siglo XVII, por esta razón se comenzó a realizar un brindis con champán y recitar una oración al finalizar el viaje, conocida con el tiempo como la oración del vuelo en globo.
A menudo, durante los primeros años de la aerostación, en 1700, el ver un objeto descender de los aires generaba una impresión y sobresalto tan fuerte entre los espectadores, comúnmente agricultores que les disgustaba que aterrizaran en sus campos de cultivo, eran atacados con horquillas destruyendo y ahuyentando a los globos y pilotos.
Por lo tanto, con el paso del tiempo, se comenzó a llevar champán en los vuelos, los pilotos al aterrizar ofrecían un brindis llamando a los espectadores y agricultores para tranquilizarlos y así evitar que dañaran los globos.
Debido al brindis con los espectadores y agricultores poco a poco se convencieron de que el globo aerostático estaba lejos de ser un dragón feroz, un animal volador o una amenaza para ellos, esta breve ceremonia actuó como una disculpa u ofrenda de paz por inquietar los campos de cultivo, la tierra al aterrizar y a los animales que pastaban.
En la actualidad, al concluir un paseo en globo aerostático, es tradición realizar un brindis con champán y brindar por lo vivido desde las alturas.
Si deseas, durante el brindis, puedes preguntarles a nuestros pilotos un poco sobre la historia de los globos. La oración del globo aerostático se cree, según algunos historiadores, es la adaptación de una antigua bendición o plegaria de marineros irlandeses adaptada a los vuelos en globo aerostático.
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